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TEMA DE CASA
POR ROLANDO RODRÍGUEZ JARA
La dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján, había señalado en días recientes sobre una aparente ruptura que venían ventilando las principales bancadas de su partido en las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la Unión.
Lo del sonado caso Monreal/Adán Augusto causó tanto revuelo, que por cierto fue un suculento platillo para los medios convencionales y televisivos del país, a tal grado que aprovecharon este incidente para darle con todo a la gigantesca piñata de color guinda en plenas posadas navideñas.
Lo bueno es que después de la tormenta reinó la calma y todo terminó en un cordial y fraternal “abrazo” con el consabido apretón de “manos”. Por fuera surgieron las risas entre ambos personajes de la farándula política, pero en las entrañas de Ricardo Monreal y Adán Augusto Hernández las cosas pintaron color de hormiga.
Aunado a lo anterior, hay que destacar que tras la ausencia de Andrés Manuel López Obrador a partir del 31 de octubre como guía y creador del movimiento, pareciera que los mismos representantes guindas del Poder Legislativo caminan ahora sin rumbo fijo, sin dirección.
Luisa María conoce perfectamente las profundidades y cimientos del Movimiento de Regeneración Nacional, teniendo como confidente personal a una gran ideóloga como lo es su propia madre Bertha Luján. Además conoce a la perfección el diario vivir de las cinco corrientes con los que cuenta esa institución política de izquierda.
Siendo así, ahora más que nunca ¡aguas! que el horno no está para bollos.
Hay que decirlo con todas sus letras, aunque duela, pero la verdadera oposición está en el mismo interior de Morena.
Es por ello que urge hacer modificaciones a los estatutos para seleccionar a conciencia quienes cuentan con perfil idóneo para defender las causas de sus militantes y evitar -de una vez por todas- seguir manteniendo a legisladores corruptos, sinvergüenzas, chapulineros y dormilones.
Bien dice la Presidenta Claudia que para simpatizar y tener una mejor cercanía con el pueblo, hay que dejar el escritorio y visitar el territorio. Así de sencillo.
Por hoy es todo y si ustedes me lo permiten, nos leeremos hasta el próximo lunes; pero por favor sean rabiosamente felices.